Brilla una lágrima
de rayón como un susto
escribendo sobre la piel
lo que podemos adivinar.
Fuego entre nubes,
hadas desprevenidas
desanudando las pestañas
crepusculares del cielo.
Lagos y coronas onduladas,
astros desnudos invasores
del destino de una tarde
en la Arcadia del deseo.
Y en el imaginario
vestida de insomnio
sobre la tierra dibujada
el tropiezo de tu silueta
Cierro los ojos...
llueve en la luna...
la oscuridad es solo noche
cuando tu alma la ilumina.
Esquirlas de acentos
en el crimen del silencio
humo entre los labios
en la memoria bambalina.
Se vuelven espirales
en el temblor de mis oídos
y sin saberlo será viento
tocando las mismas notas
Las del mundo embriagado
con tus imanes,
El calor del aire en una rosa,
el viento resonando desde el Norte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario