lunes, 30 de mayo de 2011

Dame tus brazos



No me digas que es todo
que los daños van pasando
y que ya no es tiempo.
Mírame....
¿Que esperabas que dijera,
si con un abrazo me lo dices todo?
Aún asi, lo vuelvo a repetir,
que maldita respuesta!
pensar que sería peor para mí.
Mendigo en el remanso
hecho pena a tu margen
y semejanza.
Mirame....
Deshojando espinas
tu cariño mudo
al favor de mis lágrimas,
tu memoria de alcantarilla.

domingo, 29 de mayo de 2011

Naturalia



Después, me llevo los balcones
sin razon de ser, las flores
un ladrillo del cielo en una cajita,
la extraña luz, la tos y la música,
que ya no suena, pero bailo igual.
Hay cosas que no maduran
que se quedan sin ton ni son
en la carraspera del espíritu
agitando las hojas de mis libros
con un estornudo de razón
saltando los prefacios.

El rocío cubrió mi piel...
si pareciese que la nostalgia
va dejando su estela diminuta
como azulejos transparentes
en las paredes retorcidas que dejó
este mal constructor.
Lejos del común y corriente,
extraño parangón estatuario,
cruzando diagonales de gotas
pluralizando al sol que camina
desdoblando esquinas soñarreras
de los sonámbulos silentes.

Mientras tanto, la naturalia
se desatornilla de un abrazo
humeando cual cigarro de otoño
caducas pinceladas amarillas
donde el calorcito se acurruca.
(....)
Brilla asombro del cielo
con sus dos soles castaños
encandilando al horizonte,
que a veces también llora,
sobre el pelo de alguien.
Que a veces también,
(si uno está muy atento!)
puede llegar a ver
cuando parte hacia al olvido,
un resplandor verde
parecido al de un atardecer...
cuando se pierde.

domingo, 8 de mayo de 2011

Hondonada.



Días como hoy
desafinan mi alma
en un piquete de entuerto.

Como manchas de tinta
pintadas en el océano
entre las algas onduladas.

Como las olas,  el cieno,
y su retórica persistencia,
en un vals olvidado.

Como su voz... (su voz)
una y otra vez
rompiéndose en las piedras.

Quisiera dormir
con el silencio de sus labios
y la luna a sus espaldas.

Quisiera fingir
pero todo lo que queda,
es el agua, siempre el agua.

Planes, para mañana.



Despertó su sien entre las yemas
planas del día anterior...
sin identidad ni textura
el llano desperezado y quieto.
Apenas se abría la luz
y por un segundo vislumbró su par,
revelado sobre el aire, liviano.
Su espíritu, impotente,
empeñado en volver,
acariciando su óbito
como una mueca indolente.
El parloteo de las calles,
que un día fue dolor,
al fin se desvanece
entre ascensores sin números.
Como una nota al pie
que reza los esperpentos
inoportunos del día.
Otro espejo roto, y una nueva salida
para salvar la sequedad del individuo
que no puede hablar
solo desear poder decir algo.

Dispuesto a compartirse
entre la gente.
Cansado de que para siempre
sean tres años
y que puntual
signifique a cualquier hora.

Pero tú, tan a tiempo.
Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.