martes, 31 de julio de 2012

Pequeñitas desconexiones



Decenas, miles de desconexiones pequeñitas
el default en soledad y la mentira del wifi.
Y de pequeñitos desencuentros
sin levantar la mirada, se fué;
quizas sin conocerlo, desconocido,
hacia la indiferencia, hacia el olvido.

Despertar



Capricornio despellejó las salidas,
el dintel de acuario quedó en el aire,
(como si de cantar se tratase)
desentonó al despertarse,
de su inmortal desengaño.
Por eso es que cuarteó el cielo
desperezando sus olvidos,
sus leguas de recuerdos y memoria.
Intentó pellizcar su alma quizás,
para extirpar su rabia, pero al final
la humedad se le escapó de la cara.

Se encorvó en la Puerta de Aspe
bajo su almohada, cansada.
del sueño que arrancó
cuando mojaba su cama
Y le cambió la cara... Luz
tempe del cuerpo desmembrado
en el pasado y  lo venido.
Rió sola porque supo lo que es el tiempo
la eternidad del hoy,
el frugal retazo de este mundo
del presente empedernido.

sábado, 7 de julio de 2012

Vicisitudes



Se le vino al humo con un palo entre las manos.
Intentó golpearla varias veces, pero no pudo.
Cuando le gritó "no mamá, no me pegués"
la abrazó con toda la fuerza que podía
como si hubiera vivido tres vidas juntas.
La explosión llenó de flores el lugar,
y no se supo mas de ellas, aunque cuentan,
que dos pístilos, aun bailotean en la villa.

miércoles, 4 de julio de 2012

IMPAGABLE AMOR MATERNAL





(verídico)

Por la tarde, antes de ir a buscar a mi hija del jardín maternal,
de paso por la casa de mis padres, le pregunto a mi madre antes de partir: 
- "Estoy un poco desliñado ¿no?" (ya que volvía de trabajar un día agitado)
a lo que ella me responde: 
- "y... te ves moderno".
Definitivamente pasé por mi casa antes de ir por mi hija,
para "desamodar" mi aspecto.





martes, 3 de julio de 2012

Silencios




No estaba conectado pero igual sonaba.
A Ramas secas.
lupanares de mañana.
Llamaradas dibujadas.
Un acusado en su coartada.
Una mirada bajo el agua.
Diccionarios sin palabras.

Mejor así, no vaya a ser
que por hendijas llame
y que no pueda decir nada.
Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.