lunes, 21 de septiembre de 2015

PRIMAVERA



Crujió el viento la tarde,
pensé: tu sonrisa
de eclipse parcial
devoraría la ciudad...
toda miseria corrió
detrás de un ventanal
anaranjado de nubes
reflejadas en el agua,
del río, ese mar
disfrazado de calma,
arrañado en la tierra.
Ni sal ni destino,
todo estalla alrededor
donde eras lluvia,
y ahora apenas rocío
Cándida, clara
poesía desarmada
en el primer aroma,
entre brisa y risa
sobrevive al pasado.
Yo te digo... estás ahí,
soñada de los álamos
no te he extrañado tanto
esta vez, la primavera
se ha adelantado y vos,
prosa en cada brote
pístilo en el silencio,
estás, pincelando, viva,
y yo, como un extraño
en medio de la vida,
me acuerdo de vos.
Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.