domingo, 3 de febrero de 2013

Pérdidas




Del tiempo
que aún nos queda;
marinero errante,
la lengua hecha
balandra sin velas
riela de esperanzas
ilusiones a tu boca;
la perdición rodena
que envenena de olvido
ciudades peregrinas
bajo la pena del cielo..

Otros ojos
desiertos en la noche
plagada de promesas
curvadas como las estrellas
entre lienzos de lumbre,
para los sin rumbo...
para los que aún te oyen
escondida en los bolsillos
del atardecer austero
repitiendo tu nombre.

Aún reniega
de éste mundo seco,
deambulado de almas
navegantes sobre el asfalto
más allá del tiempo
mas allá del claro velo
que acaraciaba momentos
renegados de la despedida.

Solo queda el hueco,
la mordaz hendija
por donde escapaste,
del recuerdo, del universo
del que ya no vuelvo.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.