lunes, 6 de enero de 2014

Las esquinas




Que las alas rosadas de tu boca
acaricien al cielo, ese cielo nublado
recortado desde mi ventana.
Que en remolino descontrolado
escriba una pintura más sin razón
húmeda huella zurcada de mañana.
Porque a falta de aire mi corazón
dibuja el vacío entre mis manos,
tus besos... donde ya no queda nada.

Que faltes! y al huir sean de nuevo,
las luces de las esquinas de mi niñez
Vuelve a ser "mañana" el día,
y ahora las noches... para dormir.

1 comentario:

Diego dijo...

Nuestro último Seis. sin saber que habría de verte en la Pocilga. Sin saber que sería el principio del final. El darme cuenta que no creyeras en mi amor. Tus ojos y tu rostro todo lo dijeron, me querias a mí, sin mi amor. El principio de todos los males, dije, y no me equivoqué. Ni en mi amor, ni en tí, ni en tu descreimiento. Asi fue. y se fué sin decir adiós.

Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.