miércoles, 26 de marzo de 2014
La habitacion disimulada
Vestida de luna creciente,
celada en descanso,
cómica y herida
luciérnaga del cabo
en la vuelta del cielo;
su puñal herrado de noche
sus dedos resplandecientes
como un faro moribundo,
desgaja la distancia seca
entre la niebla del pasado.
Forjado de otoño,
bordado de lluvia,
de miedo y cabellos
desnudos al viento.
Un vuelto. Su sarcasmo.
De boca en boca,
cuentos disimulados
que en sus ojos se posan,
música entre historias
para dibujarte las arrugas,
esas que ahora te sobran,
migas perdidas que te nombran
en los bordes de mi cama.
Muerde otras miradas
que ni siquiera asoman,
contemplen entre sabanas
la ciudad quebrada,
el triunfo desesperado
ondulante e impreciso.
El suburbio de este sueño....
dos amantes ciegos
perdidos en el tacto húmedo
de sus valles vagabundos.
Cuentos, que todas las noches suceden.
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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.
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