sin razon de ser, las flores
un ladrillo del cielo en una cajita,
la extraña luz, la tos y la música,
que ya no suena, pero bailo igual.
Hay cosas que no maduran
que se quedan sin ton ni son
en la carraspera del espíritu
agitando las hojas de mis libros
con un estornudo de razón
saltando los prefacios.
El rocío cubrió mi piel...
si pareciese que la nostalgia
va dejando su estela diminuta
como azulejos transparentes
en las paredes retorcidas que dejó
este mal constructor.
Lejos del común y corriente,
extraño parangón estatuario,
cruzando diagonales de gotas
pluralizando al sol que camina
desdoblando esquinas soñarreras
de los sonámbulos silentes.
Mientras tanto, la naturalia
se desatornilla de un abrazo
humeando cual cigarro de otoño
caducas pinceladas amarillas
donde el calorcito se acurruca.
(....)
Brilla asombro del cielo
con sus dos soles castaños
encandilando al horizonte,
que a veces también llora,
sobre el pelo de alguien.
Que a veces también,
(si uno está muy atento!)
puede llegar a ver
cuando parte hacia al olvido,
un resplandor verde
parecido al de un atardecer...
cuando se pierde.
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