martes, 5 de julio de 2011

Antes del olvido



Esperando a que las luces
en la mitad de la mañana se apaguen
y que de alguna manera algún sonido
se despierte a tiempo...
como una crisálida espinada
en el campanazo de las calles;
los adioses y los silencios
de las páginas en blanco
nunca describen este momento,
ínfimo y perdurable del alma.

El incendio de la nada
y el sopor del infierno
calentando al aire.

Debería detenerme a tiempo.
Debería pensarlo 2 veces,
antes de dejarte en el olvido.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.