martes, 21 de febrero de 2012

El sentido del sonido.



muelles y alas de fuelles
traman los hilos del drama
un trago amargo, demiurgo,
muerde cuando duerme
marte, venus o viernes,

me extraño desconocido
en la sequía del alba
tiene el gusto incausto
de la música acúsica
que araña la mañana.

Las piedras nunca se equivocan.





De mapas y huellas a lo lejos
susurra un pretor a mi vida
sentencias de voces perdidas
para otro destino añejo

Y qué? si de par en par
he abierto avenidas
descosiendo los caminos
que tan gustoso alimento

el recorrido es recompensa
cuando se está perdido
y de las piedras su destino
vivir su única certeza.

Terminar, el principio de empezar.




Sirena de los vientos
sospechosa de las noches
¿que buscas a lo lejos
indómita y nublada
desarmando las estrellas?
cristales en tu pelo,
Lecho de sentimientos,
derritiendo a las personas
leguleyas bajo tus alas.

que suenen... que resuenen
en este mundo de reproches
Sonidos secretos errantes
en los faros mortales
de los navegantes
de la tierra
del recuerdo
del sumidero.

Allá va... sobre el túmulo
que entredientes atormenta
que entristeces la tormenta
y que en recuerdos se ha fugado
hacia el mundo de los otros
donde no queda nadie
de quien pueda desterrarlos.

Con solo mirarte



En esos largos parpadeos
desfiladeros de silencio
cuando las semillas de tu voz
se escapan germinando sueños,
como el viento en el océano,
como la fuga sin teseo te vas
te vas sin esperar al tiempo
descolgado en tus pestañas
entre la almohada y la mañana
bellos ojos de acertijo
abriendo cada laberinto
entre puertas y ventanas
carruseles de espirales
despeinada de la luz
acurrucada y navegante
al otro lado de la cama.
Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.