viernes, 21 de mayo de 2010

Aguavida (corregida)





cuando toque esperar al mar
la marea acompasada en los ojos
se hundirá en la sal del aire azul
esparcido en el agua, por la luz
por la imagen distorsionada del cielo.

cuerpos distintos rozándose
en el resplandor de la sangre
como un faro inmóvil, sin razón
en partículas unidas por la nada
del silencio acrílico de nuestras voces.

Con la necesidad expuesta
y las algas disfrazadas de alas
buscando donde camuflarse,
suspirando burbujas de plata
que no volverán, lejos del dolor.

Toma mi mano, descansa mi coral
como fuera siempre, sedimento veloz
todo pasa, todo vuelve a pasar
en guirnaldas tibias desplagadas
aves imposibles ansiosas por nadar.

No pienses en mareas distantes,
ni en el sol invertebrado del abisal
nuestro fuego es eterno
el silencio... pasajero.

No hay comentarios:

Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.