Siempre el mismo dolor, la agitación, el sudor caliente en las manos temblando como un perro asustado. ¿Que me han hecho? ¿Que sigue pasando? Los mismos ruidos de siempre. Los murmullos de polvo. La gente desconocida. Siempre sin volver en mi en medio de todo lo que sigue, como un grano de arena cayendo hacia el fondo del océano, cuando las aguas lo decidan. O cuando se transforme en piedra. Por un segundo de sal, por la lumina efervescente que se extingue, al traves de las mareas, eco de los que rezan bocanadas lejos del viento. El aroma de la piel haciendose escamas. La persistencia de la memoria repitiendo la agonía. La mentira de siempre. |
miércoles, 1 de agosto de 2012
Esta tarde
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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.