martes, 26 de agosto de 2014

Hoguera



Y es la pena ausente
la que golpea a mi puerta,
prepararé sus huestes
para buscar mi condena,
la condena que se sabe errante...
ya que peores acompañantes
han seguido mi huella.

La de mis miedos,
la de mis aciertos....
todas se han borrado
entre las noches quebradas
y la luna constrictora...
huelo sueños en el humo,
clavados como colmillos:
palabras en mi pecho
envenenadas con tu nombre.


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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.