No se hacen costumbre
aún tus despedidas
siempre insoslayables partidas
que a ciencia cierta nunca sé
si volveré a saberte de nuevo.
Como una nube mi angel
te esfumas en el cielo
dejando mi tierra aturdida
a medias y sin abrigo.
No quise soltarte
pero ganó la desidia,
las ganas de verte en vuelo
hacia los mares... escapando de mis ojos
en la incertidumbre de mis latidos...
A tu lado, sin entender
que para tí nada es fácil,
me acomodé a tu rapto
sin culpables ...victimados
por el dolor que nos fragua...
(llegué a entenderlo)
como nuestros miedos
quebrantando cercanía.
Soy un angel con alas de trapo
y nunca llegaré tan lejos
a tu calor derretido
en caída hacia el olvido
encerrado como Icaro
esperaré mi destino.
Si supieras mi bien
lo que se esconde en cada espera
lo que se revela en tus regresos
si supieras mi bien lo que llevo adentro
que lo que espero si supieras,
no habría otra despedida.