martes, 24 de agosto de 2010

Perdonar es divino




El pulgar amenazo con despertar algun dia,
regordete omnipotente,
depravado angelical del vecindario.
Solo siempre tras la felicidad inventada,
mal mentada, obsoleta y triste
declama un destino, fin al fin sin destino.
No importan antiguos anhelos,
recelos, noches turbias…. no importa,
el pulgar azoto su uña hacia la tierra.
Algún nuevo comienzo espera.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.