domingo, 8 de mayo de 2011
Hondonada.
Días como hoy
desafinan mi alma
en un piquete de entuerto.
Como manchas de tinta
pintadas en el océano
entre las algas onduladas.
Como las olas, el cieno,
y su retórica persistencia,
en un vals olvidado.
Como su voz... (su voz)
una y otra vez
rompiéndose en las piedras.
Quisiera dormir
con el silencio de sus labios
y la luna a sus espaldas.
Quisiera fingir
pero todo lo que queda,
es el agua, siempre el agua.
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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.
1 comentario:
Hay días así,
hay que desafinar para ajustarse
y pues en esa recorrido
solo queda el agua
siempre las emociones.
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