La ventana oxidada
Desde la pequeña ventana oxidada, que por las tardes parece mecer el ambiente;
en una rara mezcla entre las plantas que la abuela de al lado con esmerada cadencia
despeja de marchitos (para que la luz llegue a su centro) y el viento
del norte cuando siembra su impaciencia antes de cada noche; miro en estos días
de Febrero como se confunden: mi habitación y mi dolor de cabeza.
Y es que la quietud aparente de este espacio ya no es relativa a nadie, a nada..
a mí... que como en un feriado sentimental ya no veo las formas mas allá del
recuerdo. Al menos este recuerdo que pasa siempre por las tardes.
Solía no entender cómo aquella planta podía no quedarse sin hojas, que aunque no tan diminuta, no era
lo suficientemente extensa. Por la anciana!, desde luego. Pero ¿cómo podía ser?
¿Cómo podía recordar a esa mujer sino mas que por sus tijeras? Pero... ¿todos los
días? En algún lugar, en algún momento debería quedar sólo un mustio desnudo. ¿Estaría ella ahí?
El pasillo, el viento, las hojas... aquella ondulada ventana oxidada?.
Y si ella viese al través este globo de carne consumiendose pensaría lo mismo.
Como podria ser, Tal vez. Mustio.
Y quien podría negarlo, ¿estaría realmente allí?
Si no me viese... ¿significaría todo lo contrario?.
Sólo un relato que empieza a complicarse un poco, pero no lo suficiente aún.
Podrían decir que la ventana oxidada es parte de una pared, y del piso y de.... que importa
si es obvio que está quieta, que lo que ondonea son las hojas, el violaceo pelo desteñido,
o mal teñido, el viento. Pero es mi relato, y mi recuerdo. Si tan solo pudiese gritar
pediría un poco de agua, lo demás sería tan obvio tambien.
Horas contemplando las horas, la participación inconclusa del personaje que acaba de morir
mirando mas allá de la oscuridad que enmarca a los actores. Perlas reflejandose en la noche
estrellada del auditorio silencioso del desengaño.
- Se enfría la noche, los pétalos desparramados son como escamas de su alma. ¿Que espero ahora?
Si el sinsentido se ha dormido como un cristal enmudecido. Si el sentimiento palidece frente a lo que pasa.
El suelo hecho horizonte, la sangre desintegrada evaporandose en las cortinas.
Dime si estoy detras de la ventana ondulada, desafinado preguntando para que son estas alas.
- ¡Para qué son estas alas!
Que me iba a contestar..... si ya no estaba.
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