Una lugubre llovizna araña las ventanas
en el zócalo inerte la última hora,
Se abarrotan la puerta, los miedos
filigranas maltrechas del cielo
gritando a viva noche nombres
lugares caídos de otros lugares
que habitan historias bulliciosas,
imitan las rimas tumultuosas
que a veces solo saben a misterio
¿Oíste alguna vez de aquel silencio...
tamizado habitante entre las gotas?
lluvia sorda de momentos,
mirando a la aldaba solitaria
mojada en su infinita espera.
Y es esta entripada sortera
lo que queda de esta noche
mi última escalada menguante
que solo a la nada protege...
ni tu figura hecha distancia húmeda,
ni lo que a este corazon le queda
me voy caracol moribundo
escapando a la tormenta...
No soy el dueño de tu mundo
mi luz... solo un recuerdo tras la puerta.
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