miércoles, 2 de diciembre de 2009

Niño desesperado

Le duelen las entrañas y le ajustan las miradas

de lado a lado viene del olvido de los otros

como esa figurita de atrás de un pesebre

a un costado, un ornamento en nuestras complicadas vidas.

 

Se detiene y saborea su niñez en un ultimo centímetro

una línea que desaparece en la bolsita entreabierta,

profundo, profundo que el dolor no muerde

ya habrá mas tiempo para el sufrimiento, hoy; queda seguir

y creer que lo que suceda será únicamente un consuelo.

 

Un niño que se cree hombre, un hombre que no debió ser

maltratado por los que miramos, por sus padres… o no

si yo también soy culpable de haberlo ignorado,

de creer que mañana no existirá su rostro y, con suerte

esta noche, cuando se calme por el susto, diré:

"tranquila amor, no fue nada"

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.