miércoles, 9 de diciembre de 2009

Opresores


No tiene perdón esta agonía indiferente,
racista hasta en los billetes,
manchados de empatía vacia y rancia
que trasmina tu perfume
malvenidos ostracistas de la abundancia
apuntando desde sus ventanas de oropel
buscando en quien pararse,
¿De que final hemos caído?,
endulzados despojados y sin medida
en los espolios vergonzosos
de los que nos juzgan en la calle
en la moral y en el olvido.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.