A veces vuelo de alma en alma,
escapandole al olvido tenue,
escondiéndome en otros cuerpos
como una sombra, como un recuerdo.
Envuelto en mi, Ñusta bella,
toda llena de inevitable hermosura,
me he vuelto peregrina de tus promesas
en cada una de tus tristezas.
Pena yerra desde el olvido
solo tus besos llevo marcados
a fuerza de palabras malheridas
como en un sueño que sabe amargo.
Puedo sublimarme a tus momentos
y en mi una pizca de sentimiento
puede que te inspire hacerme tuya
para escribir el más profundo verso.
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