lunes, 26 de abril de 2010

Postales perdidas





Temprano en la madrugada
el dulce aroma de algún extraño momento
envuelve levemente el frío espacio de mis sentidos.
Puedo entonces percibir
que no es lo mismo lo que percibo
de este mundo ni de sus incólumes criaturas.
Puedo darme cuenta
que entre la oscuridad y el odio
esa figura que viene hacia mí a cubrirme
con su suave velo de misterio y el final,
tan incomprensible apenas por un momento,
encuentran las venas abiertas del tiempo,
que; presiento, estan a punto de cerrar.
Sin zapatos, acomodado entre las flores
se unen en un espejo de agua, irreal
los lugares maniatados por caminos
alejados por los latidos que no están
marcando el silencio de los días desperdiciados
aun lacrados en postales perdidas
que se fueron lento, muy lento.

De viajes, sin cuerpo, aun mas distantes
perdido por perdido
prefiero el remordimiento de la edad
a olvidar lo que he vivido.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.