lunes, 26 de julio de 2010

Unico y cualquiera.














Juegas tus palabras sobre la mesa
orejeando mi voluntad servida
en tus signos de arena caprichosa
apuestas tus gestos desprevenida
al todo o nada hermosa estrella mía.

Es la ciudad asustada, maquillada,
sonriendo como para una fotografía,
entrometiendose entre tus rulos
estatuas bailarinas de lo absurdo
semaforos practicando coreografías.

Unico y cualquiera, pienso en el futuro
regreso  a tu frente y me detengo...
porque sí,  no se precisa excusa
para decidirme y nombrarte mi musa
frágil, hermosa, mi tierra firme en el vacío.

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Dile a las palabras que no se callen,
al silencio que ayude y a los gritos que esperen,
que allá voy, o vamos, a seguir escribiendo.