Cuando al fin logré entenderte
me dí cuenta que no estabas en mi vida
sin miradas esquivas, eleve mis manos
y solo vi desencuentros,
peleas disfrazadas de silencios,
ecos mudos en mis dias.
Recuerdos atravesando las paredes,
ahora grises, ahora heridas.
Cuando al fin logre sostenerme,
solo vacio había ¿donde dejar huellas?
Fui inhábil desde el principio
porque nunca supe desprenderme:
de los colgajos, de los abrazos frustrados,
de los mundos apagados.
Se que fui escenario
y personaje sin escena en la tormenta
estaba acompañado y solo,
y solo tus manos me cubrian.
No me queda mas que comenzar la huida,
tal vez alguna día….
me devuelva a la vida.
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