Como suspiro celestial
entre las bóvedas
siempre vuelve tu mirada
prisionera de mis ojos...
carcelera de las noches.
Tengo miedo de olvidarte,
de quedar ciego y sin estrellas
de arrancar el cielo con mis penas
sin volver a encontrarte.
Por sobrevolar almas...
convertido en pistilo
abrazando el aire
queriéndote como a nadie
en el suelo partido de mi sombra
cada vez mas pequeña en la tierra.
No soy de mí ni de aquí,
más que un recuerdo asustado
en el viento que acarició su pelo.
De viaje por el tiempo del cielo
lejos de lo que quedó abajo
fuego en el cauce de las calles
agonía de los navegantes.
agonía de los navegantes.
De una vez iría a apresurarme
cuerpo a olvidarte, a dejarte
ileso despues de tantos años,
¡y que cuanto te he cuidado!
atravesado por un querer
que no tiene formas ni extremos
seco como una piedra
que no puede mantenerse a flote.
Vuela alma en esta noche
a encontrar tu propio cuerpo,
que el mío se fue con ella
ese ultimo día...
y ya se que lo he perdido.
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